- Decoran los altares de muertos y las casas; además, se transforman en dulces típicos, pasteles, sopas o el mole de pipián que se hace con sus semillas
- El Festival Cultural de Calaveras detonó el cultivo de calabazas
- Alcanzan en promedio cinco kilos de peso, pero hay algunas calabazas que llegan hasta los 11 kilos
Con el otoño llega el Día de Muertos y la cosecha de las tradicionales calabazas de Castilla, también conocidas como calabazas “de agua”, que con su gran tamaño decoran los altares de muertos y las casas; además, se transforman en dulces típicos, pasteles, sopas o el mole de pipián que se hace con sus semillas.
Desde hace más de 20 años don Rogelio Silva cosecha calabazas de agua en su parcela ubicada en Palo Alto, El Llano, y ha visto cómo se diversifica su uso para platillos dulces y salados; también va ganando popularidad como un elemento decorativo esencial en estas fechas.
“Me ha resultado muy bien producir calabaza, y con la promoción del Festival Cultural de Calaveras en Aguascalientes ha tenido más aceptación. Se vende muy bien, me la piden para los altares en las escuelas y también la gente tiene la tradición de cocer la calabaza para comérsela con leche”, comenta el productor.
Las calabazas que cultiva don Rogelio alcanzan en promedio cinco kilos de peso, pero hay algunas que llegan hasta los 11 kilos y se aprovechan en su totalidad, pues incluso sirven como composta y alimento para el ganado. El Gobierno del Estado ha apoyado a Rogelio con una cisterna de 10,000 litros y el desazolve del bordo que usa para regar.
“Yo les digo a otros productores que se animen a cosechar esta variedad de calabaza, porque es muy buscada en estas fechas y cada vez sacan más platillos para usarla”.
La calabaza de Castilla lleva este nombre por la fascinación que le causó su sabor a la reina Isabel de Castilla; además, es un fruto que contiene vitamina C y A, potasio, magnesio, hierro, zinc, fibra y omega 3.